domingo, 26 de septiembre de 2010

Ruta del Quijote: Campo de Criptana

“La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer;…”
Quijote, I, 8



Los molinos de la mancha son edificaciones cilíndricas de mampostería muy desigual, que terminan en una cubierta cónica que, en un principio, era construida de paja, siendo sustituida más tarde por madera y posteriormente por zinc. A un lado de la caperuza una tronera por donde asoma el eje donde se engarzan las aspas, y en el lado opuesto, el palo de gobierno, ambas construidas con madera de álamo negro, muy fuerte y resistente. Con el palo de gobierno se hace girar la cubierta, de modo que se pueden orientar las aspas hacia el viento más favorable.



En Alcázar de San Juan, coronando el cerro de San Antón, encontramos cuatro de ellos, actualmente de propiedad municipal.








En Campo de Criptana, en el Cerro de la Paz pueden contemplarse diez molinos de viento de los treinta y dos existentes en la antigüedad. Tres de ellos son originales y están declarados monumentos de la humanidad, y todos poseen nombres referidos a lugares y personas comunes al municipio: El "Sardinero" conserva la maquinaria original; el "Culebro" alberga un museo dedicado a Sara Montiel; El "Lagarto" guarda un museo dedicado a aperos de labranza; y el "Pilón" otro dedicado al vino; el "Burleta" y el "Infante" conservan también la maquinaria original, siendo éste último el destinado a moler de nuevo con el fin de que los numerosos visitantes observen con exactitud el funcionamiento de un molino; el "Poyatos" se encuentra la oficina de turismo; y así, otros con diferentes usos, exposición de pintura, artesanía popular, etc.
La imagen más característica de Campo de Criptana son los molinos y el Albaicín Criptano formado por calles estrechas de pronunciadas pendientes, con construcciones de casas típicas manchegas de una sola planta, encaladas de blanco y zócalo de color añil.



En Mota del Cuervo, importante villa manchega con una curiosa alfarería hecha exclusivamente por mujeres, también hay un conjunto de molinos de viento situados encima de un farallón que domina la localidad, desde donde aseguran que en los días claros puede divisarse Despeñaperros.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Ruta del Quijote: Alcázar de San Juan

A pesar de la existencia de diversos trabajos que indican que Cervantes pudo nacer en Alcázar de San Juan, la crítica cervatina considera, con el actual conocimiento de las fuentes que se posee, que el verdadero Miguel de Cervantes es el nacido en Alcalá de Henares, ya que así lo afirmó el mismo autor del Quijote en la Declaración de Argel de 1580. Esto no evita que siga viva la tradición cervantina en Alcázar, basada también en la existencia hasta hace pocos años de la llamada "Casa de Cervantes", (que fue derribada por su mal estado y donde hoy se alza una nueva construcción), tan verdadera, por otro lado, como la de Alcalá de Henares.


La grandeza de su pasado ha dejado a la villa un amplio legado de edificios religiosos, palacios y casas solariegas, destacando especialmente la Iglesia de santa María, frente a la torre del Gran Prior, cuya parte más antigua data del siglo XIII; la iglesia de san Francisco de gran resonancia por acoger la universidad de Alcázar (en la imagen), el convento de santa Clara, la iglesia de santa Quiteria. En todas ellas la belleza de la piedra de color rosado.




La ciudad está impregnada de la presencia cervantina: estatuas dedicadas a su personajes, Don Quijote y Sancho Panza, y al propio autor salpican la ciudad, como el monumento homenaje a Don Quijote y Sancho Panza, situado en la Plaza de España y el monumento a Cervantes en la Plaza de Santa María, frente a la iglesia del mismo nombre.




En las afueras, saliendo hacia los campos de Criptana, encontraremos los primeros molinos manchegos, los mismos que don quijote creyó gigantes, pero esto será motivo de otra entrada. De momento, hoy nos quedamos a dormir en el Convento de santa Clara convertido en hotel, con buen precio y mejor pinta.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Ruta del Quijote: Puerto Lápice

A Puerto Lápice el nombre le viene de dos elementos distintos: puerto, porque la carretera que viene de Arenas de San Juan va mostrando pequeñas ascensiones que culminan en un ligerísimo puerto apenas perceptible; lápice, porque está asentado sobre suelo de piedra lapícea.
Es un buen arranque para conocer las tierras de Don Quijote, porque se encuentra a la vera de la autopista que une Madrid con Andalucía, lugar de fácil acceso en las estribaciones de los Montes de Toledo, cuando ya han perdido su prestancia y no son otra cosa que cerros coronados por molinos de viento o antenas de telefonía.


La Plaza Mayor de Puerto Lápice es una bella plaza manchega, con dos alturas de soportales de maderas pintadas de color almagre, tinte natural característico de esta tierra. Es el punto de encuentro de los vecinos y visitantes y, para mi, lo más interesante del lugar. 


Junto a su Iglesia Parroquial, de Nuestra Señora del Buen Consejo, se puede ver una sencilla escultura de Don Quijote, y, a un lado, una magnífica venta que lleva el nombre del Hidalgo, y que es del siglo XVII. En esta venta –que él imaginó fortaleza- fue nombrado caballero por un ventero –que él imaginó gran señor- en presencia de dos “mozas de partido” que iban camino de Sevilla. Una sencilla escultura en el patio, junto a un abrevadero, nos recuerda este pasaje del Quijote.


Las imágenes del hidalgo, siempre en compañía de su escudero, están presentes en todos los rincones.




…La del alba sería cuando don Quijote salió de la venta tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo…
Quijote I, 4

jueves, 16 de septiembre de 2010

Aranjuez

Unos días de descanso siempre vienen fenomenal en cualquier circunstancia, pero si además se pasan disfrutando de lugares poco conocidos, descubriendo sus gentes, su cultura, su gastronomía... el placer no se puede describir, ¡se siente!.
En mi anterior entrada dejé apuntado, entre líneas, que dirigía mis pasos a recorrer alguno de los parajes que mejor reflejan el carácter de la Mancha: la ruta del quijote. Un itinerario salpicado de imágenes del personaje que le presta el nombre.


Antes de llegar al comienzo de la ruta, parada obligada para descansar y comer y que mejor lugar que Aranjuez, municipio de la comunidad de Madrid, atravesado por los ríos Tajo y Jarama y uno de los reales sitios de la monarquía española desde que así lo nombrara Felipe II en 1560.


Es famoso por su palacio real y sus jardines, y por haber servido de inspiración a Joaquín Rodrigo para su famoso concierto, así  como por el motín de Aranjuez, que tuvo lugar en 1808 y terminó con la abdicación de Carlos IV a favor de su hijo Fernando VII.


Unos jardines plagados de fuentes con bellas esculturas y un denso arbolado que, afortunadamente, nos libró de una insolación.



lunes, 6 de septiembre de 2010

Vacaciones




Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino fue la de Puerto Lápice; otros dicen que la de los molinos de viento; pero lo que yo he podido averiguar en este caso, y lo que he hallado escrito en los anales de la Mancha, es que él anduvo todo aquel día, y al anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre; y que, mirando a todas partes por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha hambre y necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella, que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención, le encaminaba. Diose priesa a caminar, y llegó a ella a tiempo que anochecía.
Don Quijote, I, 2



miércoles, 1 de septiembre de 2010

Parque del laberinto de Horta

Barcelona puede considerarse una ciudad verde gracias a la gran cantidad de parques que posee y da la sensación de que compiten por ver cuál es el más hermoso. No me gustaría formar parte del jurado que hubiese de tomar la decisión de juzgarlo.


Hoy quiero hablaros del último que he visitado, con un diseño que logra sacar ese espíritu infantil que todos llevamos dentro. Se trata de un parque público del barrio de Horta en Barcelona, bastante bien cuidado, en el que domina la tranquilidad y que cuenta con un fabuloso laberinto hecho con muros de ciprés perfectamente asimétricos. Una vez dentro hay que encontrar la salida mientras se bromea con los acompañantes y la verdad es que no resulta tan fácil como parece. Un buen lugar, alejado de los sonidos urbanos,  perfecto para pasar una mañana de domingo.


La entrada al laberinto es inconfundible, además de por un motivo obvio, ya que es un laberinto, por el relieve en mármol de Ariadna y Teseo, una verdadera belleza escultórica. Y cuando lleguemos al centro del mismo, no se olviden de tomarle una fotografía a la estatua de Eros allí presente, otra de las bellezas del laberinto.



Es  el jardín histórico más antiguo con que cuenta la ciudad y se ubica en una antigua finca de la familia Desvans, muy cercano a la Sierra de Collserola. Y en realidad se trata de varios jardines dentro de un parque, ya que además del laberinto veremos un jardín romántico del siglo XIX y otro de estilo neoclásico del siglo XVIII.




Mientras recorremos el parque, ya fuera del laberinto, por todas partes veremos esculturas, muchas de ellas referidas a la mitología griega y muchas otras más bien rústicas, pero igualmente hermosas. Y diseminadas por todo el lugar, diversas fuentes, balsas de agua, surtidores y alguna cascada que complementan muy bien con el resto del parque.