viernes, 24 de junio de 2011

Vigo escultural

Salimos de O Castro dirección a la plaza de España, cruce de caminos donde destaca la fuente de Os Cabalos, escultura de Juan José Oliveira, representada por cinco caballos ascendiendo por una cascada en espiral.


Es un homenaje a los caballos salvajes que poblaban el monte do Castro. Todavía hoy pacen caballos bravos en los montes de Vigo; cada año se marcan en los curros de Mougás y Torroña. Un curro es un círculo rodeado de un muro de piedra, con un camino en V invertida, hacia donde se empujan las manadas de caballos.


Descendemos por la Gran vía, una amplia avenida de gran pendiente, con una rambla central. Al final, casi en la confluencia con la calle Urzáiz, encontramos el monumento al trabajo (los rederos), de Ramón Conde. Es un homenaje a los trabajadores del mar, artífices del desarrollo de Vigo.



Tomamos la Rúa Urzáiz dirección a la porta del Sol, atravesando la rúa do Príncipe, peatonal y homenaje a los comercios que, gracias a la globalización, encontramos en todas las ciudades.


En la confluencia de Urzáiz con Principe, una farola, escultura de Jenaro de la Fuente, preside la plaza. Cuenta con numerosos brazos de luz colgante. En esos días era lugar de encuentro de los jóvenes desencantados.






En la porta do sol, sobre dos negras columnas de granito, la figura de un personaje fantástico, híbrido entre pez y hombre, busca el mar con la mirada. Se trata del Sireno, de Francisco Leiro, una escultura que no gusta a todos, pero que se ha convertido en un símbolo de la ciudad.



Después de este paseo hemos llegado a la zona antigua de Vigo, y nos hemos ganado una caña que tomaremos en el salón de la ciudad. Pero esto forma ya parte de otra entrada.

domingo, 19 de junio de 2011

Vigo: O Castro

Desde siempre tenía la idea de que Vigo era una ciudad fundamentalmente industrial. Una tarde de paseo callejeando por la ciudad es suficiente para darnos cuenta que hay algo más: historia, cultura, gastronomía, y bastantes cosas más.
Vigo se define por la pendiente de sus calles que, desde el monte de O Castro, se desparraman hacia el mar, una lección de historia y paisaje colgada de una falda verde en el corazón de la ciudad. Visitar O Castro es obligado porque allí asientan los orígenes de los vigueses, por la belleza del parque, un magnífico jardín botánico, y también por sus excelentes vistas. Además, cuenta con un buen número de instalaciones para el disfrute urbano: paseos, miradores y parques infantiles.




A lo largo de todo el parque una veintena de esculturas salpican el recorrido; en la parte alta la fortaleza, con cuidados jardines y miradores que ofrecen magníficas vistas de la ciudad y su ría. Y más esculturas, entre las que destaca O empuxe vigués, de Camilo Nogueira, representado por un grupo de pescadores portando el escudo de Vigo.









Se puede subir en coche, pero aconsejo hacerlo a pie; las calles son empinadas, pero merece la pena el esfuerzo.

domingo, 12 de junio de 2011

Astorga y las Médulas

Salimos de León temprano, aunque no demasiado, con la intención de llegar a Vigo a media tarde. En el camino dos paradas para estirar las piernas, en lugares que tenemos ganas de visitar.



Muy cerca de León, encontramos el núcleo más importante de la maragatería: Astorga. Tiene dos estructuras interesantes y vistosas, la Catedral de Santa María, cuyas obras se iniciaron en el siglo XV, pero que no fue terminada hasta el siglo XX, presenta una estructura de gótico tardío especialmente interesante, junto a elementos platerescos y barrocos que destacan en la facha principal.






La segunda es el palacio episcopal, una joya que Gaudí dejó a su paso por astorga. En su interior el museo de los caminos.




Siguiendo camino de Galicia hacia Ponferrada llegamos a la población de Carucedo, donde nos desviamos un poco de la ruta para acercarnos a las poblaciones de Las Médulas y Orellan, que nos asombrarán con paisajes de extraordinaria belleza, los que ofrece la antigua explotación aurífera de los romanos, la mayor de este imperio. Antes de visitar la explotación es interesante visitar el mirador de Orellán.



Estiradas las piernas, seguimos camino a Vigo.

sábado, 4 de junio de 2011

León

Salimos de Burgos iniciada la tarde con rumbo a León, donde llegamos con tiempo suficiente para buscar alojamiento, procurarnos un mínimo descanso y pasear tranquilamente por la zona monumental de la ciudad.



Encontramos hotel en nuestra primera parada, junto a la plaza de Santo Domingo, nexo de unión entre el casco histórico, peatonal, y la zona del ensanche. 


Destaca en ella la escultura de la Negrilla, de Amancio Gonzalez Andrés, que ya visitó estas páginas hace dos años.


Un pequeño paseo por el ensanche nos ayuda a estirar las piernas y nos lleva hasta el antiguo convento de san marcos, hoy parador nacional. Regresamos paseando la ribera del río bernesga (león tiene dos ríos que envuelven el casco antiguo) y volvemos a la zona histórica.


Ya en la zona peatonal tropezamos con la casa Botines, una de las tres obras de Gaudí fuera de Cataluña, de estilo neogótico. Sus ventanas inspiradas en la catedral, y en la portada un san jorge matando al dragón. Concebida para un negocio de tejidos, actualmente es sede de una entidad bancaria. No impresiona mucho, la verdad.


Continuamos nuestro paseo por la calle ancha hasta llegar a la plaza de la catedral, de estilo gótico e inspirada en la de Reims (misma planta reducida en un tercio). Por fuera es impresionante, pero mucho más las vidrieras del interior. No pude conseguir ninguna foto decente de las mismas.



Nos tomamos una cerveza antes de recorrer el barrio húmedo, que es la zona que rodea la plaza mayor, en torno a la cual se concentraban los artesanos, mercaderes y peregrinos y que hoy han sido sustituidos por actividades restauradoras y de esparcimiento. El atractivo del barrio está en sus cafés, bares y mesones, que lo convierten en zona de tapeo y escaparate de las especialidades gastronómicas de la ciudad. Sus calles, de trazado medieval, son destino obligado para todos los que visiten la ciudad.


Y a descansar, que a la mañana tenemos que seguir hacia Vigo.