viernes, 23 de marzo de 2012

Por qué cantamos


Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil


usted se preguntará por qué cantamos


 si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza

usted preguntará por qué cantamos
 si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro

usted preguntará por que cantamos
cantamos por qué el río está sonando
y cuando suena el río / suena el río

cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino

cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo

cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos

cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca

cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota

cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta

cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.
                              Mario Benedetti


sábado, 17 de marzo de 2012

Primavera

La primavera besaba
suavemente la arboleda
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
-recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida.
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!
De A. Machado

miércoles, 7 de marzo de 2012

El puente de piedra


 Hace días que no subía nada de Zaragoza, este año ha sido pobre en paseos debido al frío y el viento, y porque no decirlo, también por la pereza. Hace unas tardes, aprovechando esta primavera anticipada que disfrutamos, di un paseo por las renovadas orillas del Ebro y tiré unas fotos con la cámara compacta.
 Según la leyenda popular, en el lugar donde hoy se levanta el Puente de Piedra existía en la época romana otro puente que coincidía con la prolongación del cardo máximus (calle principal de orientación norte-sur, termino empleado en la planificación urbanística del imperio romano) que cumplía la función de puente y de acueducto. No obstante la existencia del mismo ha sido muy debatida, ya que poco se sabe de sus materiales y de su cronología porque las fuentes son muy inciertas.
 El actual es de estilo gótico y es el más antiguo que se conserva sobre el Ebro; su historia es muy accidentada a causa de las crecidas del río y los avatares de la historia, que obligaron a numerosas remodelaciones y reconstrucciones. Actualmente posee siete arcos vistos y uno oculto bajo la calle que transcurre a la orilla del río.
Cuatro leones en bronce, obra del escultor Francisco Rallo, realizadas en 1991, recuerdan a otros cuatro que adornaban el puente hasta principios del siglo XX, cuando se retiraron para ensanchar la calzada.