domingo, 26 de julio de 2009

Lastres

La villa porteña de Lastres, en Asturias, es el puerto alternativo a Ribadesella. Gracias a la protección que el brinda el cabo del mismo nombre y un dique de gran altura, es el puerto más seguro en la costa asturiana al E de Gijón.


El conjunto de la villa, declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico el 7 de mayo de 1992, dispone su blanco caserío de forma escalonada en la parte menos vertical de un altivo acantilado, descendiendo hasta el puerto por calles tortuosas, estrechas y empinadas. Las casas son construcciones de dos o tres alturas, con fachadas de piedra vista o revocadas en blanco y una variedad de balcones o galerías acristaladas.


El puerto de Lastres cuenta con una lonja donde se venden pescado fresco y marisco todos los días de pesca. Su puerto deportivo, pequeño y coqueto alberga embarcaciones deportivas durante todo el año.


martes, 21 de julio de 2009

Covadonga


La basílica de Santa María la Real, templo religioso situado en Covadonga, está dispuesta sobre una plataforma rocosa en medio del valle. Dicen los lugareños que los días de niebla baja, frecuentes en la zona, es fácil ver el santuario sobre la niebla, como si estuviese construido en el aire.
El edificio destaca por su macizo volumen, enmarcado por dos esbeltas torres terminadas en aguja. La tonalidad rosa de la piedra caliza utilizada en su construcción destaca sobre el verde intenso del paisaje.

Peticiones a la virgen de Covadonga, situada al culto en una cueva próxima a la basílica.

A unos doce km de Covadonga, ascendiendo por una escarpada y sinuosa carretera, que es conveniente transitar con cuidado, merece la pena visitar los lagos de Enol y Ercina, y disfrutar del paisaje dando un breve paseo por las praderas que los rodean. Se trata de lagos de origen glacial y están situados en la parte asturiana del Parque Nacional de los Picos de Europa; en Asturias son conocidos sencillamente como los lagos.


martes, 14 de julio de 2009

Tazones

A unos 25 km de Gijón, en plena costa Cantábrica, se esconde este singular pueblo pesquero, impregnado en olores a sidra, marisco y pescado.

Por su proximidad a los Picos de Europa Tazones reune los encantos de los pueblos de montaña junto a los de las villas marineras. Aquí dicen que desembarcó Carlos V en su primer viaje a España para hacerse cargo de la corona. Las casas, sencillas y austeras, están cargadas de vitalidad y colorido, y se amontonan entre las calles empedradas que discurren por las dos colinas que arropan el pueblo.

Antiguo puerto ballenero, hoy los pescadores llegan al atardecer cargados de merluza, rape, pixín, salmonete y lenguados.

Por estas cosas y, seguramente, por otras más, la villa ostenta el título de Conjunto Histórico Artístico del Principado de Asturias.


miércoles, 8 de julio de 2009

La ciudad de las esculturas

En torno a la arteria comercial de Oviedo, la calle Uria, existen decenas de callejuelas con numerosas esculturas que no pasan desapercibidas al paseante. Al llegar a cien me cansé de contarlas. Estas son las que más me gustaron.

La maternidad de Fernando Botero, conocida popularmente como la gorda.

Esperanza caminando, de J López Hernandez, representa a una estudiante paseando. Por la noche, la luz que proyecta una farola colocada a su lado, da a la imagen un cierto aire romántico.

Pasea despistado , de Vicente Santarúa, representa a woody Allen recorriendo la ciudad.

La regenta de Mauro Alvarez, representa al famoso personaje de la novela de Alas Clarin.

Esta composición de Mauro Álvarez (Oviedo, 1945) representa a La Torera, fotógrafa profesional que durante muchos años ofreció sus servicios a los asiduos al Campo, con su cámara y su caballo de cartón, útil para mantener la atención de los modelos más pequeños. No pude averiguar porque la llamaban la torera.
Despúes de escribir el post, encuentro en google, el todopoderoso..., que el sobrenombre de torera se lo pusieron a la fotógrafa por el tipo de calzado que siempre llevaba (en mi imaginación había elaborado una historia un poco más excitante y arriesgada).

sábado, 4 de julio de 2009

Oveto, Vetusta, Oviedo

Aunque no pude utilizar mi reflex habitual por la lluvia frecuente durante mi estancia en Oviedo, siempre llevo conmigo una pequeña compacta de bolsillo, y algún rinconcillo de la ciudad podré ir colgando para que os hagáis una idea de la belleza de sus calles.

El significado del nombre de Oviedo se desconoce, pero en torno a él se han fraguado diversas leyendas. Una de ellas dice que el rey Fruela, considerado el monarca fundador de la ciudad, salió un día de caza junto a unos amigos. A la hora del almuerzo el rey escogió un lugar idílico un valle en una falda de un monte. Uno de sus acompañantes preguntó al monarca: ¿Señor, dónde vas a construir la corte de tu reino? Fruela, sin dudarlo, dijo entonces en latín: Ubi edo, “donde como”.


Oviedo tiene un nutrido conjunto de monumentos que merecen una visita, pero también es imprescindible callejear por el casco antiguo, plagado de preciosos rincones y de esculturas que llenan sus calles.


No puede faltar una visita a la plaza del Fontán, pequeña y graciosa, lugar de encuentro y mercadillo de productos agrícolas los jueves y sábados.



En el interior de la plaza, las terrazas de las sidrerías sorprenden a los visitantes, que pocas veces se resisten a un culin de sidra o a una tapa de cabrales. Durante el verano suelen organizar noches de teatro al aire libre, como si de una corrala se tratase.