domingo, 31 de mayo de 2009

La química de las relaciones

Intuir si una persona nos gusta o no significa conjeturar si estableceremos con ella una buena relación o, al menos, si nos llevaremos bien con ella. ¿Pero cómo seleccionamos, de entre toda la gente que nos rodea, a nuestros amigos, a nuestros socios o a nuestra pareja? ¿Cómo detectamos, en suma, a las personas que nos atraen y las diferenciamos de aquellas otras que nos resultan indiferentes?

Al parecer, gran parte del proceso a través del cual tomamos las decisiones depende de nuestra primera impresión. Eso al menos parecen demostrar diversos estudios realizados con estudiantes universitarios; en uno de ellos, muy revelador, un grupo de estudiantes pasaron el primer dia de clase entre tres y diez minutos relacionándose con un extraño e, inmediatamente después estimaron la probabilidad de que acabasen convirtiéndose en buenos amigos o en meros conocidos. Nueve semanas después el curso real de la relación coincidía con gran exactitud con las estimaciones previas.

La neurociencia ha demostrado que existe una densa red de células fusiformes que conectan la corteza cerebral con los centros del sistema límbico, que gestionan los estímulos de las emociones, orientan nuestra atención y coordinan nuestros pensamientos, emociones y respuestas corporales con nuestros sentimientos, estableciendo así una suerte de centro de control neuronal. Las terminaciones nerviosas de estas células fusiformes son ricas en receptores de serotonina, dopamina y vasopresina, neurotransmisores que son esenciales para las relaciones interpersonales, en el amor, en nuestros estados de ánimo positivos y negativos y en el placer.

¿Y donde queda el alma?

domingo, 24 de mayo de 2009

El altruismo

Es poco probable que, quienes vivan en ciudades muy ajetreadas, adviertan, saluden y ayuden a las personas con las que se cruzan a causa de lo que se ha denominado el trance urbano , un estado de ensimismamiento en el que, según los sociólogos, tendemos a sumirnos para sustraernos del incesante bombardeo de los estímulos que nos rodean. El simple hecho de prestar atención establece una conexión emocional en cuya ausencia la empatía es imposible.

El simple hecho de ver a alguien echando una mano suele tener un efecto edificante, término con el que los psicólogos se refieren al efecto que provoca en nosotros la observación de un acto bondadoso. Esa inspiración es, de hecho, el estado que dicen experimentar emocionados y aun conmocionados quienes presencian una acción amable, tolerante y compasiva.

Cuanto mayor sea nuestra atención, más clara, rápida y sutilmente captaremos, aun en situaciones ambiguas, el estado interno de otra persona. E, inversamente, cuanto mayor sea nuestro desasosiego, menor será también nuestra capacidad de empatizar.


El ensimismamiento, en cualquiera de sus formas, dificulta el establecimiento de la empatía y nos impide también, en consecuencia, experimentar la compasión. Cuando nuestra atención se centra en nosotros mismos, nuestro mundo se contrae, al tiempo que nuestros problemas y preocupaciones adquieren dimensiones amenazadoras. Cuando, por el contrario, centramos la atención en los demás, nuestro mundo se expande. En este último caso, nuestros problemas se dirigen hacia la periferia de nuestra mente y parecen empequeñecer, con el consiguiente aumento de la capacidad de establecer contacto con los demás, es decir, de actuar compasivamente.

(Inteligencia social. D. Goleman)


domingo, 17 de mayo de 2009

Mi cielo


Mi cielo está cubierto de nubes y, según la cultura árabe, eso significa que tengo suerte.


Creo que siempre la he tenido a lo largo de mi vida.

Al menos siempre estuvo llena de nubarrones.

jueves, 14 de mayo de 2009

Mi "bizi"

Os presento mi nuevo medio de transporte para desplazarme por la ciudad, mi "bizi". Cuando en Zaragoza instalaron este nuevo medio de transporte (bizizaragoza.com) basado en el uso compartido de bicicletas, tuve mis dudas a la hora de sacar una tarjeta. Por un lado hacía muchos, muchos años que no montaba en bicicleta, y eso me daba un poco de respeto, porque no es lo mismo que cuando uno tiene veinte o treinta años, el cuerpo no responde igual. Por otro lado Zaragoza no está especialmente preparada para el uso de este medio de transporte; hay bastantes carriles bici en los alrededores de la ciudad, pero casi no existen en el centro, lo que obliga a transitar por las aceras, con el riesgo que supone para los peatones.
A pesar de estos inconvenientes hace unos días decidí probar, al fin y al cabo los 20 euros que cobran para poder utilizar la bici durante un año no me iban a arruinar aunque luego no la utilizase. Desde entonces la he usado en varias ocasiones para ir al trabajo o de paseo y estoy encantado: hago ejercicio de una forma entretenida, llego al trabajo en el mismo tiempo que me cuesta llegar con el coche, puedo presumir de tener una bizi aparcada en muchos sitios de la ciudad, mis piernas se cansan menos que cuando voy caminando y encima no contamino. Y a las horas que voy al curro tampoco hay tantos peatones como pensaba por las aceras; lo que sí encuentro cada día es un montón de bizis en marcha.¡Nunca me fijé que fuesen tantas!
Me parece que me voy a llevar bien con mi bizi, solo me falta un poco más de rodaje y entrenamiento que espero adquirir poco a poco.

sábado, 9 de mayo de 2009

Diente de león


Un libro del siglo XVI reza: "los magos dicen que si una persona se frota a sí misma con un diente de león será bienvenida en todas partes y obtendrá lo que desee". La astrología y la alquimia se mezclan con la fantasía y con los hechos reales cuando hablamos de esta misteriosa flor.

Suele ser costumbre en ciertas regiones tomar una de estas inflorescencias , soplarla para lanzar al vuelo las semillas y decir la frase "panadero tráeme buena suerte".

miércoles, 6 de mayo de 2009

Nubes y vientos

Hace unos dias los cielos de Zaragoza se vistieron de gala y muy cerca, en los campos de Cuarte, pude contemplar esta belleza.


En todo el espacio que abarca la vista
ni un alma se mueve, ni un eco resuena.
¡Que paz y que tedio! Solemne el paisaje
de un gran cementerio la calma remeda.

De pronto en la línea del ancho horizonte
blanquísima nube surgiendo ligera
se agranda, se extiende, y en pocos instantes
entolda la esfera.


Fragmento del poema Nubes y Vientos

de Adela Zamudio