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sábado, 3 de noviembre de 2007

Lagrasse

Esta población, situada a tiro de piedra de Carcassonne, ha sido clasificada entre las "plus beaux villages de France" en varias ocasiones. Su historia se confunde con la de la Abadía de Sainte-Marie de Lagrasse, de la que toma su nombre y que llegó a ser una de las más importantes de la Europa medieval.

Separados por el río, pueblo y la abadía se comunican por medio de un elegante puente románico, con dos arcos, que está muy bien conservado. Este puente era el único medio de comunicación ente la abadía y el pueblo, y antiguamente estaba defendido por tres torres. En la actualidad, junto a la abadía, hay una pequeña pasarela que también permite cruzar el río.


El pont vieux

Puente y abadía vistos desde el lecho del río. La escasez de agua nos permitió bajar hasta el lecho del río, aunque no sin ciertas dificultades.

La abadía

Una flor de la pasión o pasionaria, que además de tener una forma curiosa, es rica en alcaloides que ayudan a mejorar el insomnio, aliviar el dolor, los espasmos musculares y dolores menstruales y a reducir la presión arterial. La encontre en una verja camino de la abadía.


miércoles, 31 de octubre de 2007

Los castillos del pays Carcassonnais

Denominados por el turismo contemporáneo con el nombre de castillos cátaros porque parte de su historia está ligada a este movimiento religioso que se extendió por Europa Occidental a mediados del siglo X por tierras del Languedoc, donde contó con la protección de algunos señores feudales vasallos de la corona de Aragón.

Uno de los más conocidos es el castillo de la Peyrepertuse que se encuentra en la localidad de Duilhac-sous-Peyrepertuse, en la región del Languedoc Rosellon. Hoy es conocido que el lugar ya estaba ocupado desde la época romana; excavaciones recientes han descubierto varios vestigios que se remontan a principios del siglo I antes de Cristo.
Durante la guerra del reino de Francia con la corona de Aragón este castillo desempeñó un importante papel en la defensa de la frontera entre ambos países.

El castillo se eleva majestuoso sobre una formación de roca caliza a unos 800 metros por encima de los campos de viñas, y está formado por una muralla de 120 metros de longitud flanqueada por dos torres.

Al Torreón de Sant Jordi se llega por la escalera de San Luis, tallada directamente en la piedra del peñón.

Panorámica desde el torreón de Sant Jordi.

Para llegar a este castillo se puede subir en coche hasta las taquillas, para continuar después a pie por un sendero umbrío y húmedo con abundantes escaleras de piedra bastante resbaladizas. Llegar a lo más alto fue una auténtica paliza, pero al final mereció la pena al contemplar la vista hacia los dos valles.

viernes, 26 de octubre de 2007

Albi (2)

¡Tres días ya de retorno al trabajo!. Es gratificante saber que más de uno te echó de menos.
Tengo ganas de conocer algún pequeño dato de los visitantes de la página y he pensado que alguna pequeña encuesta me puede ayudar. La de esta semana la encontrareis arriba, a la derecha.
Y seguimos con alguna imagen de esta bellísima ciudad.

Después de la comida un paseo por la orilla del río, partiendo del aparcamiento de la catedral y llegando hasta el pont Vieux ofrece una vista diferente de la ciudad y se pueden disfrutar de hermosas panorámicas.

Catedral de Sainte-Cécile y las murallas del castillo de la Berbie vistos desde la otra orilla del río Tarn.

El interior de la catedral está cubierto de frescos de bellos colores, imágenes espectaculares. Aquel día no tenía el trípode a mano y mi pulso no fue lo suficientemente bueno; los interiores salieron muy movidos. Sue me pidió una fotografía de estas ofrendas a la virgen, y aquí queda para su disfrute.

Esperando a su presa. Me la pidió la prin y ahí queda también.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Albi

Una de las ciudades más bellas y sorprendentes de Francia. El mundo antiguo no está muerto, el viejo Albi sigue siendo el corazón de la villa. El murmullo de una bodega de vinos, el martilleo de un herrero, el susurro de los pinceles de un artista, el caminar de las gentes disfrutando de los bellos entramados de las fachadas de las casas y de los escaparates de sus tiendas. Necesita al menos un día entero para disfrutarla.

La catedral de Sainte Cécile se impone sobre la plaza como una enorme nave construida en ladrillo, surgida como testimonio de la fe cristiana tras la herejía cátara. Tiene una sola nave y está considerada obra maestra del arte gótico.

El exterior de la catedral está enriquecido por la puerta Dominique de Florence, construida con posterioridad. Este es un fragmento de la misma.

Detalle de una de las fachadas de ladrillo.

lunes, 22 de octubre de 2007

Carcassonne

Después de un último paseo matutino por el puerto de Colliure nos dirigimos hacia el centro neurálgico de nuestro viaje, Carcassonne. Situada en la orilla derecha del río Aude, esta ciudad medieval estaba situada en un lugar estratégico, lo que la convirtió en un importante objetivo de conquista durante las diferentes épocas de la historia. A consecuencia de ello las fortificaciones de la plaza sufrieron numerosas modificaciones para adaptarse a la evolución de las técnicas de guerra.

Según la leyenda, la princesa Carcas, esposa del sarraceno Balaak, al ver a Carlomagno levantar el sitio de la ciudad mandó hacer sonar las campanas. La gente gritó “Carcas sonne”, naciendo de este modo el nombre de la ciudad.

Hasta la firma de la paz de los Pirineos, en 1659, Carcassonne protegía la frontera entre Francia y Aragón. Fue magníficamente restaurada en el siglo XIX por el arquitecto Viollet-le-Duc que le devolvió su aspecto medieval, el que actualmente podemos contemplar. La ciudadela es de libre acceso y se puede pasear por sus calles y visitar el castillo de los Trencavel, vizcondes de la ciudad.

Entrada a la Cité por la puerta de la Barbacana. Desde este punto se filmaron escenas de la película de Robin Hood de K. Costner.

Entrada al castillo de los Trencavel. El puente, ahora de piedra, en sus orígenes disponía de una parte levadiza.
Por la noche, desde la ventana de mi dormitorio temporal en la ciudad, disfrutaba de esta magnifica vista de la Cité iluminada. ¡Impresionante!