Denominados por el turismo contemporáneo con el nombre de castillos cátaros porque parte de su historia está ligada a este movimiento religioso que se extendió por Europa Occidental a mediados del siglo X por tierras del Languedoc, donde contó con la protección de algunos señores feudales vasallos de la corona de Aragón.
Uno de los más conocidos es el castillo de la Peyrepertuse que se encuentra en la localidad de Duilhac-sous-Peyrepertuse, en la región del Languedoc Rosellon. Hoy es conocido que el lugar ya estaba ocupado desde la época romana; excavaciones recientes han descubierto varios vestigios que se remontan a principios del siglo I antes de Cristo.
Durante la guerra del reino de Francia con la corona de Aragón este castillo desempeñó un importante papel en la defensa de la frontera entre ambos países.
Durante la guerra del reino de Francia con la corona de Aragón este castillo desempeñó un importante papel en la defensa de la frontera entre ambos países.



Panorámica desde el torreón de Sant Jordi.
Para llegar a este castillo se puede subir en coche hasta las taquillas, para continuar después a pie por un sendero umbrío y húmedo con abundantes escaleras de piedra bastante resbaladizas. Llegar a lo más alto fue una auténtica paliza, pero al final mereció la pena al contemplar la vista hacia los dos valles.