Esta población, situada a tiro de piedra de Carcassonne, ha sido clasificada entre las "plus beaux villages de France" en varias ocasiones. Su historia se confunde con la de la Abadía de Sainte-Marie de Lagrasse, de la que toma su nombre y que llegó a ser una de las más importantes de la Europa medieval.
Separados por el río, pueblo y la abadía se comunican por medio de un elegante puente románico, con dos arcos, que está muy bien conservado. Este puente era el único medio de comunicación ente la abadía y el pueblo, y antiguamente estaba defendido por tres torres. En la actualidad, junto a la abadía, hay una pequeña pasarela que también permite cruzar el río.



