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sábado, 12 de abril de 2008

Ser asertivos


Con frecuencia nos sentimos culpables por el temor de haber hecho algo mal o por no haberlo hecho. Ser asertivo supone actuar por deseo o convencimiento propios, no por temores, conscientes o inconscientes provocados por los demás.

Smith Jm formuló una serie de derechos asertivos; según él, tienes derecho:

  1. A ser el único juez de tu comportamiento, tus pensamientos y tus emociones, siempre manteniendo el respeto debido a los que te rodean.
  2. A no tener que dar razones o excusas para justificar tu comportamiento.
  3. A decidir si asumes o no la responsabilidad de buscar soluciones para los problemas de otras personas. No significa actuar de modo egoísta, sino que la generosidad en la ayuda debe de ser voluntaria y no forzada.
  4. A cambiar de opinión
  5. A cometer errores y ser responsable de los mismos. Es malo que por temor a equivocarnos no intentemos algo.
  6. A decir: “no lo sé”.
  7. A ser independiente de la buena voluntad ajena.
  8. A tomar decisiones ajenas a la lógica; la intuición es igual de importante y útil.
  9. A decir: “no lo entiendo”.
  10. A decir: “no me importa”.No debes sentirse obligado a que todo te importe; de lo contrario serias fácilmente manipulable.

Nadie te puede hacer sentir inferior si tú no le das permiso (E. Roosevelt)

La fotografía muestra el monumento a la constitución erigido en la ciudad de Zaragoza.



domingo, 6 de abril de 2008

Angustia y esperanza


Sin el tiempo, esa invención de Satanás, el mundo perdería la angustia de la espera y el consuelo de la esperanza.
Antonio Machado




miércoles, 26 de marzo de 2008

Enseñando a crecer


Un grupo de investigadores dirigidos por C. Hooven y J. Gottman, realizaron un estudio sobre la forma en que los padres manejan las interacciones con sus hijos, llegando a la conclusión de que las parejas emocionalmente más maduras eran las que tenían más competencia para ayudarles a hacer frente a sus altibajos emocionales.
Entre los estilos más inadecuados encontraron los siguientes:

* Ignorar completamente los sentimientos de sus hijos. Se trata de padres que opinan que los problemas emocionales de sus hijos son algo molesto que no merece de su atención y que hay que esperar a que pasen.
* El estilo laissez-faire. Los padres se dan cuenta de los sentimientos de sus hijos, pero son de la opinión de que cualquier forma de abordar estos problemas es adecuada, incluso pegarles. Rara vez intervienen para brindarles una respuesta emocional alternativa; todo lo más sus intentos se limitan a que el hijo deje de estar triste o enfadado, recurriendo si es preciso al engaño o al soborno.
* Menospreciar y no respetar los sentimientos del niño. Suele tratarse de padres desaprobadores y muy duros, tanto en sus críticas como en sus castigos. Es el tipo de padre que grita ¡no me contestes! al niño que trata de explicar su versión de una historia.


Las fotografías fueron tomadas durante la semana santa en mi ciudad y corresponden a un paso de la procesión y al monumento a la constitución, que estos días tiene anexo un tiovivo para disfrute de los más pequeños.
Si os apetece podéis escuchar Hallelujah

domingo, 23 de marzo de 2008

Cambios de rumbo


El destino final de esta vida todos lo conocemos y eso es algo que no podemos cambiar, pero mientras recorremos el camino es frecuente que tengamos que variar el rumbo buscando nuevos senderos que sirvan mejor a nuestros intereses del momento, tanto personales como familiares. Y esto ocurre tanto en lo laboral como en lo personal. No siempre es fácil dar el golpe de timón preciso para encontrar el camino adecuado.

En el libro educar con inteligencia emocional, de MJ Elias y otros, se exponen unas preguntas que pueden contribuir a que afloren los principios rectores de la inteligencia emocional. Son las siguientes:

¿Qué siento en esta determinada situación? ¿Qué sienten los que me rodean?

¿Cómo interpreto lo que está pasando? ¿Cómo lo interpretan los que me rodean?

¿Cual es la mejor manera de hacer frente a esto? ¿Cual es mi modo habitual de hacerlo?

¿Qué puedo hacer para reducir la tensión y pensar con claridad?

¿Cuáles son mis puntos fuertes y como pueden servirme de ayuda? ¿Qué puntos fuertes de los que me rodean pueden ser de ayuda en esta situación?

¿Cómo he resuelto antes situaciones como esta?

¿Tuve éxito?

¿Qué aprendí al respecto?

¿Qué puedo cambiar ahora?

¿Qué objetivos debo plantearme a corto y largo plazo?

Siendo realista, ¿qué es preciso que suceda para facilitarme alcanzar esos objetivos?

¿Cuándo será el momento idóneo para hacer que el plan funcione?

¿Como voy a llevarlo a cabo?

¿Es preciso hacerlo?

¿Cómo debo abordar a los demás?

¿Estoy preparado para hacerlo?

¿Cuento con las aptitudes necesarias?

¿Qué otras formas pueden existir para resolver este problema?

Si mi plan se topa con imprevistos, ¿Qué haré?

¿Qué obstáculos puedo prever?



Más ranillas en la avenida. Si lo deseas puedes ver y escuchar a U2. Where The Streets Have No Name .

jueves, 20 de marzo de 2008

Expresando los sentimientos


El libro de Daniel Coleman sobre la inteligencia emocional abunda en el concepto de que los sentimientos forman parte importante de nosotros. Tienen una gran influencia sobre nuestros actos y no podemos suprimirlos, ignorarlos o dejarlos de lado. Si no les prestamos atención no podemos saber hasta qué punto modificarán aquello sobre lo que pensemos, digamos o hagamos. Estoy seguro de que todos nos hemos arrepentido alguna vez de cosas que hemos dicho o hecho en un momento de enfado y pérdida de control.

Aunque no todas las culturas están de acuerdo, creo que debiéramos enseñar a los niños (en casa, en el colegio) a manifestar y expresar lo que sienten; con ello les mostraremos que somos sensibles a las señales que emiten según su estado de ánimo, y que resulta apropiado hablar sobre los sentimientos. En muchas ocasiones no habrá que decir nada; una caricia, un gesto cariñoso, un abrazo, puede ser la mejor manera de decirle que estamos ahí para ayudarle.




Mientras escribo la entrada de hoy estoy escuchando Street of Philadelphia de Bruce Springsteen. ¡Una maravilla!

Las fotografías están tomadas en la avenida de Ranillas, que da entrada a las instalaciones de la expo2008 en Zaragoza; multitud de mini-esculturas hacen honor a su nombre.

viernes, 22 de febrero de 2008

Empatia


Cuanto más conozcamos nuestras propias emociones mayor será nuestra destreza para comprender los sentimientos de los demás. Y la clave que nos permite identificar las emociones de los demás radica en la capacidad para captar los mensajes no verbales que su cuerpo transmite (tono de voz, gestos, expresión de la cara,…). En estas cosas las mujeres suelen superar a los hombres. ¡Con diferencia!

En contraposición a la mente racional, que se comunica a través de las palabras, la emocional lo hace de un modo no verbal; de hecho, cuando las palabras que pronuncia una persona no coinciden con el mensaje que nos transmite su tono de voz, sus gestos…, la realidad emocional no debemos buscarla en el contenido de las palabras, sino en la forma en que se nos está transmitiendo el mensaje.

Según Brothers, las zonas de la corteza cerebral donde se concentran las neuronas especializadas en la emoción están directamente ligadas a la amígdala cerebral; y en sus estudios llega a la conclusión de que cuando el cerebro emocional está sometido a una reacción violenta (un enfado, por ejemplo), casi no es posible la empatía. Para que se produzca empatía es necesaria la calma y receptividad suficiente para que las sutiles señales que manifiestan los sentimientos de la otra persona puedan ser captados y reproducidos por nuestro cerebro emocional.




jueves, 14 de febrero de 2008

Conocerse a uno mismo

En opinión del grupo de investigación de Salovey y Mayer existen varios estilos de personas en función de la forma en que atienden o tratan con sus emociones:

1.- La personas conscientes de sí mismas: son individuos autónomos y seguros de sus propias fronteras. Suelen tener una visión positiva de la vida y cuando caen en un estado de ánimo negativo no le dan vueltas obsesivamente, por lo que no tardan en salir de él.

2.- Las personas atrapadas en sus emociones: suelen sentirse desbordadas por sus emociones y son incapaces de escapar de ellas; son esclavos de sus estados de animo. No suelen ser muy conscientes de sus sentimientos, lo que les hace sentirse perdidos en las emociones y sentir que no pueden controlar su vida emocional, por lo que no saben escapar de los estados de ánimo negativos.

3.- Las personas que aceptan resignadamente sus emociones: si bien suelen percibir con claridad lo que están sintiendo, tienden a aceptar pasivamente sus estados de ánimo, por lo que no suelen tratar de cambiarlos. Al parecer hay dos tipos de personas aceptadoras: las que suelen estar de buen humor y no tienen motivo para cambiar su estado, y las que tienen tendencia a los estados de ánimo negativos, pero que los aceptan a pesar de las molestias que les suponen.








martes, 12 de febrero de 2008

Un tipo de inteligencia diferente

Hasta las personas más sobresalientes y con un CI más elevado pueden ser pésimos timoneles de su vida llegando a naufragar al toparse con los avatares que nos depara la vida diaria. La capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las frustraciones, de controlar los impulsos, de regular nuestros estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera en nuestras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás son características de lo que se ha convenido en llamar inteligencia emocional, y son tan necesarias para la vida, o incluso más , como el CI.
La capacidad de comprender a los demás, cuáles son las cosas que les motivan, la forma de cooperar con ellos, conforman la inteligencia interpersonal. El vuelco hacia el interior, que nos permite configurar una imagen verdadera de nosotros mismos constituye la inteligencia intrapersonal.

Ambas son necesarias para actuar en la vida de manera más eficaz y satisfactoria.