«Casi
perdida entre la niebla del crepúsculo y encerrada dentro de sus
dentellados murallones, la antigua ciudad, patria de Santa Teresa,
Ávila, la de las calles oscuras, estrechas y torcidas, la de los
balcones con guardapolvo, las esquinas con retablos y los aleros
salientes. Allí está la población, hoy como en el siglo XVI,
silenciosa y estancada.»
Gustavo Adolfo Bécquer.
Situada junto al curso del río Adaja, es la capital de provincia más
alta de España a 1131 m sobre el nivel del mar. Su seña de
identidad es la muralla medieval, de estilo románico, muy bien
conservada.
La estancia de los romanos en la ciudad se pone de manifiesto a
través del puente romano, la calzada y distintos mosaicos que han
sobrevivido hasta la actualidad.
La plaza del Mercado Chico, ideada en origen por el arquitecto
Ventura Rodriguez, fue construida finalmente por Juan Antonio Cuervo
en el siglo XIX. Se trata de un espacio de gran austeridad.
1 comentario:
Tu entrada me parece una muy buena síntesis de esa austera ciudad castellana. Solo la visité una vez pero creo que merece más atención por mi parte.
Un abrazo.
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