Esta composición es obra
del escultor Antonio Martinez Santonja y fue realizada después de
la construcción del puente de la Almozara en 1987. Ubicada al inicio
del mismo, junto a la plaza de Europa.
Realizada en acero
inoxidable, la disposición de sus barras rotando sobre un eje
central le confieren un claro matiz aerodinámico que evoca al
pájaro americano quetzal. Esta ave tiene un papel importante en la mitología prehispánica de América Central, especialmente de la
Guatemalteca; dice una leyenda que el quetzal solía cantar
hermosamente antes de la conquista española, quedando callado
después, pero que volverá a hacerlo cuando la tierra sea libre de
verdad.