A lo largo de unos 14 km de carretera, se sucede un paisaje lleno de belleza, donde alternan espesos bosques de pinos, abetos y hayas con zonas de pastos alpinos. Es la puerta natural al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Elevando la vista, el paisaje de las cumbres hace volar la imaginación e invita a realizar ascensiones por las numerosas rutas (para los que tengan buenas piernas, que no es mi caso, por lo que no pasé de los caminos a pie de carretera, jeje).
1 comentario:
Hola despistado,
Preciosa fotografía.
El Pirineo es una maravilla en toda su extensión.
Pasar unos días por allí, sea en un punto u otro, recarga el espíritu.
De nuevo fin de semana. ¡Que lo disfrutes!.
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