viernes, 30 de octubre de 2009

Concarneau

Localidad del Departamento de Finisterre, en la región de Bretaña, situada en la desembocadura del río Moros. La parte más bonita es la ciudadela amurallada, ejemplo de fortificación defensiva construida por Vauban (hubo una época en la historia de Francia en la que, al parecer, este hombre revolucionó el diseño de fortalezas y las técnicas de asedio).


Al interior de la ciudad amurallada, plantada en una pequeña isla sobre el río, se accede a través de un puente peatonal. Es un placer recorrer la única calle que atraviesa la ciudadela, plagada de restaurantes y tienditas. No perderse la Torchette, una biscuiteria decorada con inmensas esculturas de chocolate y merengues gigantes.


Una vista del río desde el interior de la ciudad amurallada.



miércoles, 28 de octubre de 2009

Valle de Tena

Tenía preparada una nueva entrada de la Bretaña francesa, pero no he podido resistir la tentación de mostraros la belleza natural que presentaba el valle de Tena el pasado fín de semana. El viaje, que comenzó con un dia gris lluvioso y frío, se transformó en los dias siguientes en sol, nubes y serenos paisajes.

El valle de Tena se encuentra en el Pirineo de la provincia de Huesca, en la llamada comarca del Alto Gállego, y es fronterizo con el valle francés de Ossau. En él se entremezclan la inigualable belleza de sus paisajes con sus bosques y lagos (a estos no pude llegar, mis fuerzas no llegan a tanto).



lunes, 26 de octubre de 2009

Vannes

Es la capital del Departamente de Morbihan y cuenta con unos 50.000 habitantes. Se trata de una ciudad dinámica y comercial con rico patrimonio arquitectónico, además del centro de un activo turismo. Pasear por sus calles evoca los torneos medievales y las grandes fiestas que allí tenían lugar.

Un trenecito hace el recorrido por el casco antiguo de la ciudad, pero os recomiendo que no lo tómeis. Es mucho más interesante hacer el recorrido a pie porque la ciudad no es muy grande y merece la pena patearla.

La música en la calle.

No pude resistir la tentación: ¡un caracol bretón!