Es uno de los parajes más espectaculares de Aragón, una profunda garganta producida por la intensa acción erosiva primero glaciar y luego fluvial de las aguas del rio Bellós. Numerosas y vertiginosas cascadas, un frondoso bosque de hayedos y pinares y la sensación de estar en un lugar único e irrepetible fueron razones más que suficientes para incluirlo en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido más o menos en los años 80.
Aragón en general, y la provincia de Huesca en particular, son privilegiados en cuanto a la existencia de eremitorios, ermitas o abrigos religiosos en enclaves rupícolas. Con una antigüedad de cientos de años y una carga mágica importante, sobre todo para los vecinos de las poblaciones cercanas, todas ellas tienen su historia y leyenda y algunas hasta milagros. A San Úrbez venían los vecinos en romería a pedirle lluvia, ya que era un santo considerado “traedor de lluvia”.
3 comentarios:
Me gusta este reportaje...un consejo,para que el cielo no te salga tan blanco prueba utilizar un filtro polarizador.
Un abrazo
Gracias por el consejo mª teresa, lo tendré en cuenta.
Te he conocido a tavés del maravilloso blog de Mª Teresa. Siempre lo digo, fue la primera en mandarme un comentario.
En mi blog, si te apetece visitarme en mi relato hago referencia al Valle de Añisclo, Fecha 12- Junio-2008.
Quedé impresionada, nunca lo había visitado, me parecio distinto un valle mágico.
Me he identificado con lo que tú escribes de una manera tan bonita.
Me alegro de encontrarte.
Publicar un comentario