Salimos de Zaragoza el viernes por la tarde con la intención de llegar al corazón del Maestrazgo aragonés, en Cantavieja, dormir allí y al día siguiente, a primera hora, recorrer la zona. Salida con nervios un poco más tarde de lo previsto y con la amenaza de mal tiempo para todo el fin de semana, lluvias y tal.
Pasada la población del Burgo de Ebro, el Gepe ese nos recomienda desviarnos a Montalbán por la carretera de Belchite, muy mejorada desde mi último viaje por ella.
Pasamos las ruinas del antiguo Belchite sin detenernos, pero una rápida mirada a través de la ventanilla me permite observar el enorme deterioro sufrido por las ruinas en estos últimos años. No creo que las torres de la iglesia de San Martín y del convento de San Agustín se mantengan en pie durante mucho tiempo.
Con el cielo amenazando lluvia, llegamos a Montalbán, donde decidimos hacer una parada para estirar las piernas, tomar un café y darle una vuelta a la población. De paso vemos por fuera la iglesia fortaleza de Santiago, restaurada recientemente. Construida en los siglos XIII y XIV, es de estilo mudéjar terminada en ladrillo, consta de una nave de gran amplitud, tres tramos y cabecera heptagonal, con capillas entre contrafuertes tanto en la nave como en la cabecera. ¡Impresionante!
Concluida la visita iniciamos marcha hacia Cantavieja, no sin antes preguntar si nos quedaba mucho para llegar. La respuesta de la señora que regenta la única gasolinera del pueblo no se hace esperar: como dicen en mi pueblo, no creo que cuando lleguen encuentren despiertas a las gallinas. Con las ideas un poco más claras iniciamos la marcha por una carretera llena de curvas, pasando por Castel de Cabra, Ejulve, los órganos de Montoro y Villarluengo, que no podemos ver porque ya es noche cerrada; además la lluvia y los desprendimientos de rocas nos obligan a ir muy pendientes de la carretera.
Pasadas las 22:30 horas llegamos a nuestro destino. Suerte que por el camino hicimos reserva de habitación, porque el hotel está bastante concurrido. La cocina a punto de cerrar; cenamos de milagro, pero bien. Yo una sopa de cebolla y una trucha escabechada con muy buenos argumentos. ¡Y a dormir que al día siguiente tocan diana!
3 comentarios:
qué gozada poder hacer esos viajecitos con tanta magia por zonas así....preciosas fotos!
Siempre me ha gustado ir a esa zona. Belchite sí que la visité. Impresionante, más cuando sabes cómo fue la conquista: casa por casa y bomba a bomba. Casi lloré cuando la visitaba. Es terrible saber cuánto se sufrió.
Enhorabuena por el blog, muy sugerente y muy buenas fotos.
Ohdiosa
lo has definido de forma muy acertada. El Maestrazgo conforma una región llena de magia.
Neralo
He recorrido las calles destruídas de Belchite en cuatro ocasiones. La primera vez me sentí igual de afectado que tú. Las siguientes ocasiones sabía lo que iba a encontrar, pero tampoco resultó fácil.
Gracias por la visita y tu comentario.
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