Regresamos a casa, pero el viaje es largo, de modo que hacemos una parada en Santander para estirar un poco las piernas y descansar. Nada mejor que un breve recorrido por el Parque de la Magdalena, ubicado en la península del mismo nombre. Un enclave turístico importante gracias al palacio, de estilo ecléctico y a las antiguas caballerizas.
Nosotros nos detuvimos en el estanque de los pingüinos, unos animalitos muy lentos de movimientos, pero que resultan simpáticos.
Si nada lo impide, aquí comenzaremos nuestras vacaciones la próxima primavera.
Hora de partir...
Dicen que el viaje es largo,
Cambio de ropa.