Se trata de un bloque rocoso de formas rotundas que se eleva, aislado y solitario, en medio de un amplio llano de campos roturados.
Tienedistintas viseras que ganan atractivo en la corta distancia, y que están formadas por estratos duros más resistentes a la erosión que las capas circundantes. Por debajo los estratos blandos se erosionancon más intensidady se produce un vaciado que configura la visera.
Si el tiempo acompaña y el cielo está claro, los paisajes impresionan por su austera belleza.
Llegar hasta él es relativamente sencillo y no presenta dificultades. Aproximadamente 1 km entre ida y vuelta por terreno casi llano a través de campos de cereal; un paseo que nos permite gozar de una maravilla creada por la naturaleza.
En el centro de Aragón, situada en la depresión del Valle del Ebro se encuentra la Comarca de Los Monegros, región semidesértica con terrenos en los que alternan estratos de rocas duras y blandas. Distintos enclaves muestran formas de erosión de una gran riqueza e intensidad, entre los que destaca la ruta de Jubierre. Es una ruta prácticamente horizontal y de fácil recorrido, si se tienen unas mínimas condiciones físicas. No pude caminar todo lo que tenía planeado, pero repetiré cuando el día alargue un poco más. Los principales puntos de interés están situados cerca del camino principal que se puede hacer en coche. Los tramos finales se hacen caminando y el recorrido oscila entre 1 y 5 km.
Antiguamente existió un pueblecito llamado Jubierre situado en la margen derecha del rio Alcanadre. Narraciones fidedignas cuentan que desapareció en el siglo XVI a consecuencia de una epidemia que diezmó su ya escaso vecindario. Los pocos moradores que quedaron tuvieron que refugiarse en Castejón de Monegros.
Cuenta la tradición oral que en el monte de Jubierre un pastor observó que una de sus vacas todas las tardes se separaba del rebaño. Intrigado un día decidió seguirla y la encontró en un matorral. En ese lugar precisamente apareció la imagen de san Miguel. El pueblo de Jubierre decidió construir un templete circular para venerar al santo. Sus cimientos todavía se conservan a 1 km de la actual ermita de San Miguel, la que aparece en las dos fotografías. En realidad las dos son una sóla (color y B N).