La palabra "graffiti" tiene sus orígenes en la palabra griega graphein que significa escribir. Esto evolucionó en la palabra latina graffito. Graffiti es la forma plural de graffito en italiano, y correspondería al “grafitos” del idioma castellano.
Las grandes ciudades cuentan con un espacio privilegiado, un límite exacto entre lo público y lo privado, donde se libra una lucha simbólica sin cuartel: las paredes. En ellas irrumpen los graffiti dando un color imprevisto al decorado, modificando la escenografía. A la vista de todos, como en la plaza pública o el mercado, los discursos tejen allí sus redes de manera desordenada y pintoresca, estableciendo un diálogo con aires de improvisación.
Al comienzo fueron pintadas de corte político, social o sindical, dando paso más adelante a la complicidad, la palabra transgresora, la identificación desde la resistencia. Comparten una visión cómica y escéptica del mundo. Con aerosol, tiza, carbón o pintura, compiten, a su modo, con toda la trama de los medios de comunicación “oficiales”. Y después…
Pero no es lo mismo pintar graffiti en unos países que en otros. En Francia ocupan galerías de grandes museos. En Inglaterra algunos graffiteros son considerados grandes artistas. En España te pueden caer multas de miles de euros.
Estos los encontré paseando por el antiguo recinto de la expo.