A la hora de organizar un
viaje podemos planearlo a nuestro gusto y estilo o bien dejarlo en
manos de los agentes de viajes. Habitualmente en los viajes me gusta
ir a mi aire, pero en esta ocasión dadas las características del
recorrido lo dejamos en manos de una agencia.
La opción de la agencia
tiene sus ventajas: todo está organizado y no tienes que preocuparte
de casi nada, pero tienen el inconveniente de que tenemos que
adaptarnos a dicha organización. Y cuando se trata de un crucero,
los horarios de salidas y fechas son muy estrictas, de modo que
pensar en hacer una escapada por nuestra cuenta resulta bastante
complicado.
Aquí estamos en
Copenhague, puerto de salida del crucero. Me hubiese gustado pasear un
poco la ciudad y ofreceros una foto de la sirenita, pero no pudo ser,
de modo que sólo os muestro alguna vista de la salida de puerto.
El práctico dirigiendo la maniobra de una salida de puerto bastante complicada.
Vista desde la terraza de mi habitación, magníficas ambas.
Rumbo a Estocolmo.
En un barco encuentra uno de todo; ha sido mi primera experiencia y me ha sorprendido la variedad de espacios y actividades capaces de satisfacer los gustos de la mayoría de pasajeros. En esta sala podíamos disfrutar de música en vivo de forma permanente, saboreando una copa o un café, bien relajados.