La
obra actual, una fuente con cuatro caños con forma de toro, data de
1858 y vino a sustituir a otra más bella realizada en el siglo XVI
por Pierres Vedel, el artífice de la canalización de agua de la
ciudad.
La
tradición cuenta que en el siglo XII, durante la Reconquista, el rey
Alfonso II, tras tomar varias plazas importantes, siguió por la
ribera del Martín y al llegar a lo que ahora es Teruel dividió a su
ejército para enfrentarse a rebeldes en las montañas de Prades,
quedando el resto de sus guerreros en las llanuras de Cella con
órdenes de permanecer a la defensiva. En este punto es donde se
confunden historia y leyenda, pues los guerreros desobedecieron las
órdenes del rey y siguieron a un toro bravo al que le acompañaba
una estrella desde el firmamento, pues lo habían visto en sueños
premonitorios. Señal que, según ellos, marcaba el sitio donde
establecer una nueva población. Así tomaron la fortaleza de Teruel
plantando su estandarte en la plaza conquistada.
2 comentarios:
Cuánto me gustan estas leyendas que nos hablan de épica. Preciosa la fuente del Torico, y todo Teruel. Sin duda merece mucha mas atención.
Abrazo.
Estoy de acuerdo. No siempre valoramos lo más cercano de la forma adecuada.
Un abrazo
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