Al igual que ocurre con las monedas, cuando vemos un objeto, un paisaje o un edificio que nos gusta, solemos darle la vuelta para ver como es, mirando desde el otro lado.
¿Y que pasa con el canto donde ambas caras se juntan? Si se mira, a veces muestra cosas interesantes...
Las fotografías son de Landerneau, una pequeña población de la Bretaña francesa. El puente para atravesar el río muy bien aprovechado como podéis ver.