Cada día, a primera hora de la mañana, paso por delante de este edificio de camino al trabajo y suelo mirar el reloj situado en lo alto de la fachada para ver la temperatura y la hora. Muchas veces llama mi atención la superficie acristalada e intento imaginar como serán las oficinas del interior. Hoy, al pasar caminando frente al edificio, me han sorprendido esas nubes atrapadas en el cristal.
Oficina de la CAI junto a Romareda. Procesada con Photoshop
Cuenta atrás para mis vacaciones: 48 horas y contando...
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