"Cuando escribí mi novela El camino, donde un muchachito, Daniel el Mochuelo, se resiste a abandonar la vida comunitaria de la pequeña villa para integrarse en el rebaño de la gran ciudad, algunos me tacharon de reaccionario. No querían admitir que a lo que renunciaba Daniel el Mochuelo era a convertirse en cómplice de un progreso de dorada apariencia pero absolutamente irracional.
Esto es, quizá, lo que yo intuía vagamente al escribir mi novela El camino en 1949, cuando Daniel, mi pequeño héroe, se resistía a integrarse a una sociedad despersonalizada, pretendidamente progresista, pero, en el fondo, de una mezquindad irrisoria. Y esta intuición, cuyos principios, auténticamente revolucionarios, fueron luego formulados por un plantel respetable de sabios humanistas, es lo que indujo a algunos comentaristas a tachar de reaccionaria mi postura. Han sido suficientes cinco lustros para demostrar lo contrario, esto es, que el verdadero progresismo no estriba en un desarrollo ilimitado y competitivo, ni en fabricar cada día más cosas, ni en inventar necesidades al hombre, ni en destruir la Naturaleza, ni en sostener a un tercio de la Humanidad en el delirio del despilfarro mientras los otros dos tercios se mueren de hambre, sino en racionalizar la utilización de la técnica, facilitar el acceso de toda la comunidad a lo necesario, revitalizar los valores humanos, hoy en crisis, y establecer las relaciones Hombre-Naturaleza en un plano de concordia".
Cuarenta años después, los motivos de sus preocupaciones no sólo siguen ahí, sino que se han generalizado.
Mucho de Miguel ha quedado con nosotros. ¡Buen viaje!
3 comentarios:
Sigamos leyendo a Miguel Delibes.
He buscado la foto de "La siesta" en tu blog: 15 de marzo de 2008.
La mía del 5 de marzo de 2010¡Casi!Es agradable ir caminando con los ojos despiertos y mirar....
saludos para ¿despistado?
Cristina
De Delibes que decir que no se ha dicho ya....de tus fotos...la última me ha parecido muy buena,por intentar centrar la atención con ese viñeteo.
Vaya vaya, ¿de dónde son estas fotos tan bucólicas? Por cierto, me gustaría leer El camino, ha llamado mi atención la historia.
Un beso
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