viernes, 18 de julio de 2014

Callejeando por Segovia

 Es una hermosa noche de verano. 
Tienen las altas casas 
abiertos los balcones 
del viejo pueblo a la anchurosa plaza. 
En el amplio rectángulo desierto, 
bancos de piedra, evónimos y acacias 
simétricos dibujan 
sus negras sombras en la arena blanca. 
En el cénit, la luna, y en la torre, 
la esfera del reloj iluminada. 
Yo en este viejo pueblo paseando 
solo, como un fantasma.

                                                    A. Machado





1 comentario:

Anaximandro dijo...

Otro de tus magníficos reportajes urbanos. Me impresionó Segovia cuando la visité hace años. Buen trabajo.
Un abrazo.