domingo, 27 de octubre de 2013

Santo Domingo de la Calzada



Ciudad situada en el corazón de la Rioja, Santo Domingo está ligada al Camino de Santiago desde sus orígenes. Su fundador, Domingo Garcia, decidido a entregar su vida a Dios, quiso ingresar en los monasterios de Valvanera y de San Millan pero fue rechazado en ambos, de modo que se retiró como eremita a los bosques que ocupaban el lugar donde hoy se levanta la ciudad.
Allí observó las dificultades que los peregrinos tenían que sufrir al atravesar la zona, de modo que trabajó para facilitarles el recorrido, construyendo un puente sobre el río Oja, un hospital donde pudieran refugiarse, una calzada que uniera Nájera con Redecilla del Camino (en Burgos) y una pequeña iglesia. Y alrededor de estas semillas fue creciendo la ciudad que hoy sigue acogiendo a los peregrinos en su albergue.
 La Catedral del siglo XII, con diversas modificaciones posteriores, con su torre exenta al otro lado de la calle Mayor. Dentro, un gallinero gótico que alberga un gallo y una gallina vivos, rememorando el milagro del peregrino ahorcado injustamente.
  
  Cuenta la tradición que un matrimonio alemán y su joven hijo, Hugonell, se dirigen en peregrinación a Santiago de Compostela. Al llegar a Santo Domingo se hospedan en un mesón. La hija del mesonero se enamora del joven, pero al no ser correspondida decide vengarse ocultando una copa de plata en el equipaje del chico. Cuando la familia abandona la ciudad la muchacha denuncia el robo y Hugonell es acusado de robo y condenado a la horca.
Al día siguiente sus padres, antes de emprender el viaje van a ver el cuerpo de su hijo quien, sorprendentemente, estaba vivo y les dice: “el bienaventurado Santo Domingo de la Calzada me ha conservado la vida, dad cuenta de este prodigio”. Los padres acuden a contar el suceso al corregidor de la ciudad, pero este, escéptico, comenta que el joven está tan vivo como el gallo y la gallina que se dispone a comer. Al instante las aves recuperan las plumas y la vida, dando fe del portentoso milagro. Y de ahí el dicho: Santo Domingo de la Calzada donde cantó la gallina después de asada.


2 comentarios:

Anaximandro dijo...

Un reportaje completísimo de esta ciudad monumental. Y muy bien documentado, con la curiosa historia del milagro incluida.
Un abrazo.

Despistado dijo...

Una de las muchas ciudades hermosas y acogedoras que podemos disfrutar en este bendito país.
Un abrazo Anaximandro