domingo, 1 de mayo de 2011

Gaudí y la Sagrada Familia (2)



El templo es de planta basilical y tiene cinco naves: la central con una altura de 45 m y las laterales de 29 m. Todas ellas están sustentadas por un sistema de columnas completamente nuevo en la historia de la arquitectura. Ante la mirada del observador, el interior se presenta como un conjunto de árboles con bellas alineaciones, de los que se puede ver el tronco, las ramas y un montón de hojas. En este bosque de columnas, la luz que se filtra a través de los ventanales da un aspecto bucólico y crea una atmósfera de sotobosque.

La luz del crucero, que ilumina el altar se ha conseguido con un ingenioso sistema de lentes que toman la luz del exterior y la proyectan directamente sobre el altar.


El cristo no me gusta demasiado, me parece fuera de contexto. Parece el cristo de la sombrilla, pero bueno, para gustos, los colores...Dudo que esto se le ocurriese a Gaudí.


Un detalle de una de las naves laterales, con el mismo concepto arborescente de la central.



6 comentarios:

Vagamundos dijo...

Pues a mí el Cristo del paraguas me gustó mucho. Un besito, ahora te seguiré desde aquí.

Ohdiosa dijo...

Preciosas fotografías!!

Cris dijo...

Siendo sincera no me atrae mucho ese interior, despistado. No será mejor, aunque este comparando cosas incomparables, que visite la casa Batlló...
Un abrazo y gracias por información.
Cristina

Despistado dijo...

Lo que yo comentaba vagamundos, para gustos... los colores. Ya sabes que, en conjunto, quedé impresionado con la nave de la SF.

Despistado dijo...

Había poca luz ese día ohdiosa, y han quedado con un poco de grano, pero estoy satisfecho con el resultado. A ver como responden cuando las pase a blanco y negro.
Un abrazo.

Despistado dijo...

Cris, como bien dices son obras que no admiten mucha comparación; cada una es hermosa en su contexto. Una visita a la casa Batlló merece mucho la pena, y si lo haces no te olvides de visitar la Casa Amatller, un edificio modernista colindante con la Casa Batlló, recientemente restaurada y, para muchos, más bella que su vecina.
Un abrazo