jueves, 27 de enero de 2011

Caminos

Hay quien compara la vida con un viaje en tren, repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, de sorpresas agradables unas veces y de profunda tristeza en otras. Lleno de desafíos, sueños y fantasías, esperas y despedidas.


Al bajar del tren muchos dejan una añoranza permanente; otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta de que desocuparon el asiento.

2 comentarios:

Manuel Arribas dijo...

Ahora se viaja tan rá...........pido que no queda tiempo para la convivencia. Antes, emprender un viaje en tren, era entrar en un nuevo mundo en el que se las personas se prestaban al diálogo y a compartir sus expariencias. Por ejemplo.
Saludos
Buena fotografía.

Cris dijo...

Hablando de viajar en tren (sin sentido figurado)... siempre me ha encantado y me ha predispuesto a tomar las cosas,desde el momento que se inicia el trayecto, a la aventura..en su mejor expresión y actitud.
Un abrazo
Cristina