sábado, 4 de julio de 2009

Oveto, Vetusta, Oviedo

Aunque no pude utilizar mi reflex habitual por la lluvia frecuente durante mi estancia en Oviedo, siempre llevo conmigo una pequeña compacta de bolsillo, y algún rinconcillo de la ciudad podré ir colgando para que os hagáis una idea de la belleza de sus calles.

El significado del nombre de Oviedo se desconoce, pero en torno a él se han fraguado diversas leyendas. Una de ellas dice que el rey Fruela, considerado el monarca fundador de la ciudad, salió un día de caza junto a unos amigos. A la hora del almuerzo el rey escogió un lugar idílico un valle en una falda de un monte. Uno de sus acompañantes preguntó al monarca: ¿Señor, dónde vas a construir la corte de tu reino? Fruela, sin dudarlo, dijo entonces en latín: Ubi edo, “donde como”.


Oviedo tiene un nutrido conjunto de monumentos que merecen una visita, pero también es imprescindible callejear por el casco antiguo, plagado de preciosos rincones y de esculturas que llenan sus calles.


No puede faltar una visita a la plaza del Fontán, pequeña y graciosa, lugar de encuentro y mercadillo de productos agrícolas los jueves y sábados.



En el interior de la plaza, las terrazas de las sidrerías sorprenden a los visitantes, que pocas veces se resisten a un culin de sidra o a una tapa de cabrales. Durante el verano suelen organizar noches de teatro al aire libre, como si de una corrala se tratase.

1 comentario:

Khezal dijo...

Parece, por la foto que he visto, que el casco antiguo está bastante bien cuidado. Por cierto, muy interesante la leyenda del nombre de Oviedo.