Oviedo es una ciudad limpia, manejable y cómoda para vivir; dicen con orgullo sus habitantes, los carbayones, que parece estar hecha a medida. Pero aún así, es una ciudad en la que no caben visitas rápidas, porque atesora numerosos vestigios que evidencian sus más de doce siglos de antigüedad.
Coloquialmente, carbayones es la forma de llamar a los ovetenses. El nombre les viene de un roble –o carbayo– centenario que tuvo que ser talado en 1879 para ensanchar la céntrica calle de Uría hacia la estación de ferrocarril del norte, y cuyas cubiertas veis en las fotografías de hoy. Pero los carbayones también son unos dulces riquísimos que creó, en 1924, la confitería Camilo de Blas para asistir a la primera Feria de Muestras de Asturias, en Gijón. La tienda, en la calle Jovellanos, mantiene la decoración de principios del siglo XX.
Gente amable los ovetenses, cómo pocas veces he conocido, con un hablar cantarín y melodioso parecido al idioma de Galicia, desde donde, hace unos cien mil años, llegaron los primeros pobladores de estas tierras.El tiempo muy variable, alternando días de sol con otros cubiertos y con la continua presencia del calabobos, haciendo un poco la puñeta, como podéis ver en la segunda fotografía.
La verdad es que no pude tirar mucho de cámara. Estas fotos fueron tomadas desde la habitación del hotel.
Además tengo problemas con el ordenata, así que tardaré un poco en ir colgando las imágenes.
5 comentarios:
Tendrías que haberte montado en el karting que suele ser bastante divertido.
Me encanta el cielo de la primera foto...lo del ordenador es como una epidemia,que se te soluciones pronto.
Hace dos años estuve en Oviedo. Esta ciudad me gusto mucho. Y he de decir que en sus alrededores encontramos autenticas joyas de arte.
Buen trabajo.
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Que sea breve lo de tu computadora.
Qué interesante, son unas bonitas fotos, qué bueno que pudiste ir por ahí de vacaciones.
Nos leemos.
Éxitos
xFactor
No me hubiese importado Epi, pero era un karting para niños y jóvenes. No creo que me dejasen, jaja.
Hice varias de esa panorámica mª teresa, y cada una con un cielo diferente. Es lo primero que hacía cada mañana... mirar el tiempo y disparar la cámara.
La zona es de una riqueza incomparable manuel. Nosotros visitamos algunos lugares, pero nos quedamos con ganas de muchísimos más.
Fue una mezcla de vacaciones con algo de trabajo x factor. Pero lo pasé bien.
Vetusta, la verdad es que Clarin le puso un nombre muy adecuado a esta ciudad. No sabes cuánto agradezco tus comentarios anama.
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