jueves, 17 de enero de 2008

Recuperando la salud

Las horas pasan muy lentamente si estás esperando en un hospital, especialmente por la noche, cuando parece que las agujas del reloj se detienen negándose a continuar por el camino que tienen marcado.

Durante el día te entretienes hablando con el enfermo, la familia, el enfermo de al lado y su familia, las enfermeras, las auxiliares, los médicos, y todo eso; intercambio de sufrimientos, y en seguida te pones al tanto de las dolencias que afectan a cada uno.

Por la noche, mientras los encamados duermen (en los escasos momentos en que decae la continua actividad hospitalaria), intentas por todos los medios que se haga lo más breve posible y vagas de una planta a otra buscando una máquina que te procure unos frutos secos, una galletita de chocolate o un bocadillo insípido relleno de no se sabe qué. Ya de regreso a tu observatorio, miras las agujas del reloj y descubres, desilusionado, que sólo han avanzado 5 o 10 minutos. En mi última estancia tuve la suerte de estar bien acompañado y fue bastante más llevadero, con la charreta y todo lo demás.

Durante el día muchas miradas a través de las ventanas, en mi caso ventanales bastante grandes, afortunadamente. Imágenes estáticas y con pocas variaciones aparentemente; la cámara cerca por si acaso… esto es lo que ví, entre otras muchas cosas.

Esta vez en 48 horas pudimos regresar a casa con la salud de la enferma parcialmente recuperada.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ufff... los hospitales me dan muy mal rollo, no me gusta nada estar en ellos. Espero que el enfermo con el que estuviste en el hospital se encuentre mucho mejor y no tenga que volver.

jose carlos dijo...

Si que es horrible estar en un hospital pero mucho más como paciente. Los que nos ha tocado de estar tanto como pacientes como acompañantes sabemos lo dificil que es. Un saludo y feliz fin de semana.

Despistado dijo...

Si que traen mal rollo epi, pero son necesarios y todos, en alguna ocasión, por una u otra razón tenemos que pasar unos días en ellos. La persona que cuidaba está mucho mejor, pero es muy mayor y seguramente nos tocará pasar de nuevo momentos
parecidos.¡Es ley de vida!

Se pasan malos momentos jose carlos, en ocasiones extremadamente duros, y es difícil la permanencia en ellos, pero yo no los consideraría horribles. Para mí la estancia en un hospital es como vivir en otra dimensión y con la incertidumbre de no saber que va a pasar.

Muriel dijo...

Un mes y medio pasando en el hospital las noches que no pasaba trabajando. Mi padre y su infarto, seguido de un doble bypass. Hacía mucho que no pasaba tanto tiempo con él, ha sido una experiencia enriquecedora, como poco, para mi (creo que para él tb). Cierto que las horas no pasan. Después de la segunda noche el bocadillo lo traia de casa, y, al no poder leer pq apagaban la luz, lo suplí por una de esas maquinitas DS que me prestó gentilmente mi hija, con un juego para, segun ella, ejercitar la inteligencia (espero que exitosa). Un petó, m'agrada llegir-te.

Despistado dijo...

A veces ocurre muriel, lo que no se habló durante años se comenta en la habitación de un hospital durante las largas horas de espera. Hace unos años descubrí de esta forma aspectos de mi padre que no había descubierto durante toda una vida y que me sorprendieron gratamente.
Un beso

Anónimo dijo...

Por fin tengo tiempo para volver a leerte,
este post ha sido... muy bueno. Breve y con mucho contenido.
Un abrazo desde Vigo, y no te digo ánimo porque seguro estás más curtido que yo en ese tipo de experiencias. Ley de vida, si señor.