jueves, 11 de octubre de 2007

Girona, ciudad con encanto

¡Qué bien sientan las vacaciones!

De regreso de un pequeño viaje durante el que hemos visitado algunas zonas representativas del Languedoc-Rosellón, región del sudeste francés, rica en historia, en paisajes, en gastronomía y una delicia en esta época del año. Al menos a mí me lo ha parecido.

Una primera parada en camino nos permite estirar un poco las piernas mientras disfrutamos de la belleza de una ciudad que todavía no conocíamos: Girona, ciudad idónea para pasear, que posee el encanto de las pequeñas ciudades sin multitudes.


Las casas pintadas de vivos colores asomadas a la rivera del río Onyar, que atraviesa la ciudad y configura una de las imágenes más características de Girona.


Un paseo por las antiguas murallas carolingias y medievales que cierran el centro histórico y son un mirador privilegiado sobre la ciudad. En su interior rincones ajardinados de gran belleza.


Monasterio de Sant Pere de Galligants románico de estilo lombardo (s. XII) de los más notables de Cataluña.

Después de tomar un café en la plaza de la catedral, reiniciamos viaje hacia Colliure, nuestro primer destino en Francia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Este año voy a ir allí porque tengo una amiga estudiando por esos lugares, así que podré descubrir las zonas que descubriste tú.

Anónimo dijo...

Es super bonito, yo no había estado nunca, sólo de pasada con el tren y me había parecido q merecía la pena de ver, y así es, es precioso, yo no lo esperaba tan tan bonito, y eso q tenia un adelanto de lo q pude apreciar desde el tren hace ya mucho tiempo...

Kt. dijo...

No sé si es intencional pero, me encantó ese degrade de rojos en la primera foto. Una vista espectacular.

Feliz regreso Despistado, besos!