miércoles, 24 de octubre de 2007

Albi

Una de las ciudades más bellas y sorprendentes de Francia. El mundo antiguo no está muerto, el viejo Albi sigue siendo el corazón de la villa. El murmullo de una bodega de vinos, el martilleo de un herrero, el susurro de los pinceles de un artista, el caminar de las gentes disfrutando de los bellos entramados de las fachadas de las casas y de los escaparates de sus tiendas. Necesita al menos un día entero para disfrutarla.

La catedral de Sainte Cécile se impone sobre la plaza como una enorme nave construida en ladrillo, surgida como testimonio de la fe cristiana tras la herejía cátara. Tiene una sola nave y está considerada obra maestra del arte gótico.

El exterior de la catedral está enriquecido por la puerta Dominique de Florence, construida con posterioridad. Este es un fragmento de la misma.

Detalle de una de las fachadas de ladrillo.

5 comentarios:

Ohdiosa dijo...

Puedo asegurar que jamás he visto una catedral igual, ya no es sólo su belleza sino lo que se siente al traspasar la puerta y mirar hacia arriba, ver las pinturas que decoran cada rincon, el altar mayor, el coro...

te estás recorriendo toda la zona por donde vívi!!! y a castres??? has ido a castres???

Anónimo dijo...

Me encanta la composicion de tus fotos!
La del detalle de la fachada es genial!

Despistado dijo...

El día que visitamos Albi teníamos previsto visitar Castres, el Museo de Goya, los jardines del Hotel de la Ville, pasear el casco antiguo y ver el río desde el pont Neuf. Pero nos gustó tanto Albi que decidimos quedarnos allí todo el día. El tiempo da para lo que dá querida ohdiosa, y dejamos Castres para un segundo viaje que espero no tarde mucho en realizarse, porque todo cuanto ví es hermoso, y no dudo que también lo será aquéllo que dejé de ver.

Me alegra que te guste susurradora. A la hora de componer procuro seguir dos consejos que siempre dan los expertos en fotografía. El primero es utilizar con frecuencia la regla de los tercios a la hora de componer, que consiste básicamente en dividir mentalmente la fotografía en tres partes, vertical y horizontalmente, y colocar el centro de interés en uno de los cuatro puntos donde se cruzan las líneas divisorias. El segundo consejo se plantea una vez disparada la fotografía; antes de dejar el escenario hacer una segunda intentando mejorar la anterior.

Besos

Kt. dijo...

Me llamó la atención el detalle en la fachada de ladrillos ¿En que estaría pensando su creador cuando la hizo?

Besos Despistado.

Anónimo dijo...

Visitas lugares que parecen sacados de cuentos de hadas... son geniales